Autor: ESAN Intelligence
*Articulo elaborado con el apoyo de Johnatan Camones.
El sistema de transporte urbano, especialmente en Lima Metropolitana, se encuentra atravesando una serie de cambios que tienen consecuencias en el bienestar y las decisiones de diferentes agentes relacionados a este sector: Usuarios, empresas privadas de transporte, instituciones financieras y público en general.
Estas decisiones han sido tomadas principalmente por las autoridades municipales y el gobierno central, sin embargo, los resultados evidencian que no han sido adecuadas para las necesidades de una ciudad en constante crecimiento como Lima Metropolitana.
Debido a la falta de un objetivo y estrategia central, durante los últimos años, que dirija los esfuerzos hacia un transporte urbano integrado de calidad, la ciudad de Lima ha experimentado un crecimiento desordenado del transporte público.
El transporte público en Lima Metropolitana, de manera general, está conformado por:
De los cuales solo los 3 primeros operan con un sistema de recaudo electrónico.
A partir del 14 de septiembre de 2020 la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) tomó control integral del transporte urbano en Lima Metropolitana y el Callao. Se tiene expectativas de que la ATU pueda comenzar el proyecto del Sistema Integrado de Transporte Público (SIT) lo más pronto posible, ya que es un proyecto de vital importancia para ordenar el tránsito vehicular en la ciudad.
De acuerdo con Rodríguez Porcel y Gordillo (2018), los sistemas de recaudo interoperables han cobrado destacada relevancia. Así, el objetivo primordial de la interoperabilidad sería garantizar la fluidez de la movilidad de los usuarios de transporte público con un medio de pago único. No obstante, cada implementación de nuevos sistemas de transporte, logra ampliar aún más la brecha de interoperabilidad e integración en Lima.
En este sentido, el recaudo interoperable resulta ser una pieza fundamental en el camino hacia una integración física y tarifaria de los medios de transporte públicos. Esta debería ser gestionada a través de una autoridad única de transporte. Así, este sistema contribuirá con la formalización del transporte urbano, fomentará la bancarización de las transacciones y reducirá los riesgos del uso de efectivo.
De acuerdo con Herrera (2018) la movilidad urbana tiene que ver con el movimiento de personas y bienes dentro de una ciudad, sin importar el medio con el cual los individuos se trasladan de un lugar a otro. De acuerdo a esta definición la movilidad es un concepto que posee mayor alcance que el transporte o el tránsito, que suelen ser utilizados erróneamente como sinónimos de movilidad, debido a que la noción de transporte se encuentra relacionada solamente con los medios utilizados para el transporte de personas o mercancías y el concepto de tránsito se refiere principalmente a la circulación de vehículos motorizados.
Por otro lado, Casiopea (2014) describe el concepto de movilidad urbana como una visión con un componente más humanista del transporte, que está directamente relacionado con una mejor calidad de vida de las personas, ya que, es indispensable que pase por una reestructuración de la forma actual de hacer ciudad. En este sentido, la forma más efectiva de trasladar a las personas no se consigue mediante la promoción del uso de vehículos automotores privados, sino mejorando los sistemas de transporte público.
Teniendo en cuenta que el acceso a servicios básicos de calidad es esencial para el cumplimiento de los derechos humanos de un individuo y en especial para las personas con bajos recursos económicos, que usualmente son los que tienen menor acceso a los servicios de transporte público o privado y sin embargo, los que más lo necesitan. Es así que, una movilidad urbana sostenible debe tener presente tanto objetivos económicos, sociales y ambientales.
Un sistema integrado de transporte articula distintas opciones de movilidad para el ciudadano y en consecuencia se pueden utilizar distintos medio de transporte que compartan infraestructura e itinerarios, así como tarifas predeterminadas y un método de validación único. Es así que, al cubrir la totalidad o una gran parte de una ciudad, el sistema integrado de transporte facilita los desplazamientos y mejora la accesibilidad de los usuarios.
El objetivo de un sistema integrado de transporte es ofrecer mejores y mayores beneficios a los usuarios, entre los cuales se encuentran: menor tiempo de viajes, mejor comodidad, mayor seguridad y menores costos de traslado.
De acuerdo con Camós, Gordillo y Palacios (2020) la masificación de los sistemas de transporte, debido al crecimiento de la población y el crecimiento de las ciudades, ha puesto en evidencia la necesidad de implementar un sistema de recaudo que permita mejorar su eficiencia operativa, y poder controlar y fiscalizar adecuadamente sus ingresos.
De acuerdo a Rodriguez, Porcel y Gordillo (2018) un sistema de recaudo interoperable es un sistema que permite acceder a todos los servicios de transporte prestados por diferentes operadores y proveedores, haciendo uso de un único medio de pago.
Uno de los principales problemas que limitan la interoperabilidad entre los operadores de transporte, es la necesidad de que los subsistemas de transporte y el sistema de recaudo estén integrados, y acepten un conjunto de medios de pago para que sea posible brindar una mayor cantidad de opciones al usuario final. La posibilidad de utilizar un único medio de pago para tener acceso a cualquier sistema de transporte de la ciudad es uno de los principales objetivos de contar con un sistema de recaudo interoperable.
Por otro lado, la implementación de una arquitectura amigable para todos los operadores resultará ser un condicionante del sistema integrado de recaudo. Esta tecnología debería estar controlada por la autoridad de transporte, que determinará el estándar de medición para el control y monitoreo.
Teniendo en cuenta estos retos, el estudio indica que se debe construir un plan de acción claro y concreto que permita llevar adelante el proceso de integración con los sistemas existentes y futuros de acuerdo a un estándar común para las líneas de transporte.
En el caso de Lima Metropolitana, la transición exitosa hacia un verdadero servicio integrado debe tener como clave la integración de los sistemas existentes como el Metropolitano, Corredores Complementarios, Metro, Buses y Combis. Conforme se vaya desarrollando el sistema y a la vez se consolide como una alternativa efectiva y eficiente entre los ciudadanos, se puedan ir sumando nuevas líneas, servicios e incluso modos de transporte, teniendo siempre presente que el ciudadano debe sentir estos cambios de manera muy gradual, a fin de que sus costumbres y hábitos no se vean afectados de manera vertiginosa y brusca, ya que gran parte del éxito de esta integración corresponde a que el usuario reconozca el beneficio que esto le genera en su bienestar.
Adicionalmente a los retos que se presentan en el sector informal; por parte de los propios usuarios, es importante romper los estigmas y mitos alrededor de las nuevas tecnologías. Un rol importante de la autoridad es establecer estándares internacionales que permitan contar con tecnología de punta que garantice la seguridad y la no vulnerabilidad de los sistemas con el propósito de que los fondos recolectados a través de la banca no se vean afectados. De esta forma lo que se busca lograr es que se pueda garantizar la prestación del servicio de una manera adecuada.
Alvarado, Londoño y Mendoza (2021) identificaron 3 factores críticos de éxito (FCE), luego de una exhaustiva revisión de la literatura, consolidación de entrevistas a expertos y la ejecución de un benchmark con un grupo de países de referencia. Estos 3 grupos, corresponden a factores institucionales, factores comerciales y factores técnicos
El primer FCE tiene que ver con los factores institucionales que se necesitan para el buen funcionamiento y puesta en marcha de un sistema de recaudación electrónico interoperable (SREI). Se tomaron como variables el tipo de estructura organizacional que se tiene, los roles y responsabilidades de cada actor del sistema, así como los procesos de homologación, definición de políticas, normativas, manuales, etc.
Se requiere la participación de varias instancias del gobierno y actores privados, para lograr crear normas, políticas y regulaciones que permitan garantizar la interoperabilidad del sistema. De la misma forma, es importante la definición de roles y responsabilidades, que permitan garantizar un mejor servicio a los usuarios que hacen uso de los diferentes servicios existentes en el sistema de transporte de la ciudad.
En este sentido, Lima Metropolitana y el Callao podrían contar con una estructura gubernamental bien estructurada, que permita definir roles y responsabilidades claras, a fin de garantizar el buen funcionamiento del sistema de recaudo.
Sin embargo también hay que tener en cuenta que la ciudad de Lima aún no cuenta con una definición muy clara de las responsabilidades y roles que deben cumplir los diferentes actores del sistema de recaudo, y el proceso de homologación todavía no se encuentra en etapa de implementación. Mientras no se puedan cerrar las brechas anteriores, la gestión referente a los incumplimientos y las sanciones no son viable incluso operativamente.
Para el segundo FCE relacionado con los factores comerciales se han tomado variables que definan la política tarifaria, la distribución adecuada de los ingresos, y la metodología de compensaciones y comisiones.
Respecto a las variables del FCE comercial, Lima Metropolitana está todavía en proceso de adaptación. Si bien tanto la Línea 1, el corredor COSAC 1 y los corredores complementarios, han implementado un recaudo electrónico, aún no está integrado de acuerdo con los estándares de interoperabilidad que busca la autoridad.
En cuanto al tercer FCE, que hace referencia a los factores técnicos, se busca definir el tipo de tecnología y estándar a usar en la implementación del sistema, con el fin de garantizar la eficiencia y seguridad del sistema, minimizar al máximo los posibles fraudes que se puedan presentar, y masificar los ingresos por la acogida de los usuarios de la nueva forma de pago único para la ciudad.
Es así que, en relación a las variables de este FCE se evidencia una brecha en la seguridad del sistema y en la integración con múltiples operadores tecnológicos. Esto representa un reto por afrontar por parte de la autoridad en el corto plazo. Sin embargo, se tiene conocimiento de que la autoridad ya trabaja en los lineamientos técnicos para una implementación adecuada del SREI.
En conclusión, el modelo actual de recaudación en el transporte masivo formal de Lima Metropolitana tuvo un importante avance. Esto, debido a que el metro de Lima, el Metropolitano y los corredores complementarios ya cuentan con un sistema de recaudo electrónico, lo cual contribuye a la disminución del uso de efectivo y la bancarización de las transacciones de este sector. Sin embargo, hay que precisar que este sistema aún no está integrado.
Finalmente, aún existen empresas formales e informales que manifiestan un gran rechazo a la adopción de un modelo de recaudo electrónico, esto termina por afectar de manera sustancial la búsqueda de la interoperabilidad y una estrategia común del sector transportes.